Al recitar esta oración, nos aferramos a la promesa de Jesús de que su Sangre tiene el poder de sanar y restaurar. Confiamos en que su simpatía y misericordia nos alcanzarán y nos brindarán la sanación que necesitamos.En la ejercicio, los cristianos suelen invocar la sangre de Cristo en sus oraciones y en momentos de penuria, confiando en su